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viernes, 3 de enero de 2014

2014: ¿DESPERTAR? (¡FELIZ AÑO!). UNA PEQUEÑA HISTORIA Y UN CUENTO (UNO MÁS) PARA COMENZAR EL AÑO




UNA PEQUEÑA HISTORIA










Sixto Mogrollo, hasta hace poco era, según él, profesor de la Universidad Autónoma de León, circunscripción de El Bierzo. Actualmente vive de dar clases particulares, traducir folletos publicitarios, hacer de negro −sueltos, solapas de libros, pequeñas críticas al gusto, prólogos,…− y gorronear cafés y cubatas a los conocidos (los poco conocidos, claro, los muy ya no se dejan). Yo tuve suerte (¿?) porque, aparte de conversación amena (eso siempre), me ofreció un par de folios dobladísimos que sacó de la chupa y me metió en la mano, cerrándola a continuación, mientras miraba hacia otra parte, como si me pasara unas papelinas.

−Me caes bien. Todo por un cubata −dijo bajando la voz.
−¿Tooo do? −balbuceé sin comprender bien.
−Sí, todo eso, ¡oro molido! −Y con la vista señaló mi die stra todavía cerrada.
−Bueee no −seguí balbuceando.
−Un cubata sin contar el que me estoy tomando, claro −puntualizó aprovechando mi gran confusión y desgaste de la guardia.
Con la sensación de que se había cobrado a la vez tres de duples más tres de treintaiuna, le pedí el otro trago, pagué y marché con mi “oro molido”.
Adjunto os envío el contenido de los folios, después de planchados, desengrasados y transcritos, como un CUENTO (no es oro molido, pero eso, eso ya lo sabíamos) que, no sé si os gustará pero, en cualquier caso conlleva los mejores deseos para el año entrante: ¡FELIZ 2014!
Un abrazo de
Bot i Bolera







CUENTO ANTIGUO (CON INCIERTO FINAL) DE TODO EL AÑO


PARA EL DÍA DE AÑO NUEVO DE 2014



−Salve al nuevo gobernador de Atriusa Septentrionis, salve –saludó Quintus Pacuvianus Brutus al recién llegado, al tiempo que le ofrecía una copa de vino.


−Salve, amigo. Y todo gracias a ti.


−Ven y siéntate –agregó el anfitrión, al tiempo que cogía una larga vara de avellano con la que comenzó a dibujar unas líneas en el foso de arena alisada−. Atiende, dilecto Sextus Sestius Marcius, en breve, vas a adjudicar las obras del Acueducto Imperial por un importe de 100.000 denarios. El contratista favorecido, a cambio, te entregará 4.000 denarios; pero ese dinero, ¡ojo!, debe viajar a Roma para ser ingresado en las arcas de la familia-dinastía que preside nuestro augusto emperador y que yo, su humilde servidor, administro.



−No comprendo –comentó el gobernador mientras miraba en el foso de arena las marcas que iba dejando la punta de la vara: un esquemático acueducto, C,IV−, ¿es normal que el contratista esté dispuesto a entregar cuatro partes de cien?


−Normalísimo, es el canon. Él lo adelanta y luego incrementa el costo del acueducto hasta 105.000 denarios –respondió Q.Pacuvianus,mientras en el foso iba apareciendoCV.


−Eso significa que los ciudadanos deben pagar un incremento de 5.000 denarios por nada.


−Eso no nos va ni a ti ni a mí. Lo importante es que hemos generado 4.000 denarios para las necesidades de la fam-dinastía.




−Bien, si son las normas de la fam-dinastía, aceptémoslo así, pero, ya que se generan aquí, lo propio es que queden en las arcas de la fam-dinastía de Atriusa Septentrionis –manifestó Sex.Sestius muy en su puesto de gobernador.


−A ti, como máximo exponente de la fam-dinastía en Atriusa Septentrionis te llegará el correspondiente peculio, pero déjame a mí que gobierne la pecunia, −respondió, subiendo el tono de la voz, el romano.


−Eres sabedor, poderoso Q.Pacuvianus, que la situación de la fam-dinastía es crítica aquí −alegó con cautela el atriuso, pero sin recular un palmo en su postura−: necesitamos contratar, como asesores, a algunos tribunos muy leales, además de sobresueldos para algunos Consiliarii.


−No querrás comparar tus problemas con los de Roma –espetó Q.Pacuvianus de forma engolada−. Y no olvides que sigo siendo el Magister Officiorum –agregó el romano al tiempo que tiraba la vara de avellano, hacía una seña a su guardia, recogía el vuelo de su túnica y marchaba airado del patio de Recuperatione (la casa que ocupaba cuando viajaba a Atriusa Septentrionis) para montar su blanco corcel y tomar la via Velox con dirección a Roma.



Nos hemos creado un potente enemigo –susurró el leal Decimus Antonius Tertius, que, disfrazado de criado, surgió de detrás de una columna.


−Sí, lo sé –musitó Sex.Sestius−, no olvido que es el todopoderoso Magister Officiorum, controlador de “La Cancillería” y del mando de la Scholae Palatinae, amén de los agentes in rebus, pero no puedo consentir que él gobierne Atriusa Septentrionis, a golpe de correo, desde Roma; el gobernador debe estar aquí y ese es mi papel.


***


Addenda: Al cabo de varios años, montando un caballo zaíno, Q.Pacuvianus, que ya no era Magister Officiorum, regresó a Atriusa Septentrionis para acceder al puesto de gobernador.



***


NOTA: Sacado del libro “Textos procedentes de pergaminos y manuscritos diversos de la Hispania Romana. Recopilados, clasificados y traducidos por monjes de la orden del Míster (IO)”, originario del Monasterio de San Viagato de la Vegona. Después de muchos borrones y de algún agujero (¿censura?) en el papel, se pudo aventurar, más que leer, muchas palabras, incluyendo nomina y cognomina romanos.
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Lo dicho, que este 2014 sea un buen año,
al menos que no sea malo.
Para todos.

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Las imágenes, por orden, proceden de 

HOPPER (marcelocaballero-fotografia.blogspot.com.es)
RAMÓN MOSCARDÓ (tripadvisor.es)
MANUEL MARTÍN MORGADO (fondonegro1.blogspot.com.es)
papelinas (www.que.es)
Romanos (www.derechoromano.es)
Viaducto Segovia (es.wikipedia.org)
Mapa hispania (e-ducativa.catedu.es)
Romano a caballo (tallerdebelenismo.forocreacion.com)
Idem




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