Hay que activar
la máquina del tiempo y regresar a la última parte del siglo XII, destino
Camboya, el corazón del imperio Jemer en su momento álgido. Reina Jayavarman
VII1, el
monarca más poderoso de toda la historia del citado imperio: bajo su reinado
alcanzó su mayor extensión, cubriendo, además de Camboya, el territorio que hoy
comprenden los países de Tailandia y Laos, llegando incluso hasta los actuales
Birmania, Malasia y Vietnam.
En el entorno de Angkor, la capital, hierve la vida: muchas obras en marcha, mucho trabajo, mucha migración humana. También en las provincias, hasta donde llegan las obras civiles y sociales ordenadas por Jayavarman VII. Este rey también es conocido porque fue el primero de los Jemer en seguir el Budismo2, que se convirtió en la religión nacional, dejando de lado el Hinduismo. Quizás por esto, y porque accedió al trono con bastantes años –con gran experiencia pero con una perspectiva de vida más limitada–, se volcó en muchísimas actividades que le dieron un gran renombre, principalmente la construcción de hermosos templos y palacios y de cantidad de obras públicas. El desplazamiento de gran número de personas por causa de todo esto en la zona de la capital imperial, Angkor, aconsejó mejorar las comunicaciones con el fin de facilitar el movimiento migratorio. Por una parte las carreteras, su calidad y su seguridad, y por otra los hospitales y las casas de reposo localizados en las carreteras y en las reservas.
La cantidad de ríos que, procedentes de la región del
Phnom Kulen, surcaban el territorio de Angkor antes de desembocar en el lago
Tonle Sap obligó a construir bastantes puentes. Aún pueden verse hoy algunos de
estos, pero el más importante, sin duda, es el denominado Spean Praptos en
Kampong Kdei. Este puente es un claro ejemplo del tipo de construcción jemer.
Hay que
llegar al lugar por la tarde, desviarse un poco de la carretera N6 (Phnom Penh
– Siem Reap), unos 60 Km. antes de la última ciudad, y nos encontraremos una
maravilla iluminada por el sol de poniente, con los tonos pardo-rojizos de la
piedra y del pavimento, custodiada por una especial pareja de guardianes en
cada extremo: impresionante.
Spean Praptos
(conocido, también, como Preah Tis) es un hermoso puente de finales del siglo
XII que ha perdurado hasta nuestros días. Lo primero que llama la atención en
un puente tan antiguo es su anchura, alrededor de 17 metros, y... las Nagas.
Integrado en la ruta Nacional 6, salva el río Chikreng a su paso
por la población de Kampong Kdei. Su longitud, 87 metros, logró que fuera
récord mundial de puentes de piedra de su tipología: falsos arcos. Tiene un
total de 21 de estos separados por columnas de fábrica de laterita y rematados
por estribos de la misma piedra. Alcanza una altura de unos 12 metros sobre el
cauce del río.
Los pretiles del puente están formados por los
cuerpos de dos serpientes Naga (se dice que son de arenisca, ¿por qué no de
laterita?) descansando sobre poyetes de piedra laterita. Los extremos de
aquellos, en la zona de los estribos, los constituyen cuatro espléndidas cabezas de Nagas3 eneacefálicas de gres.
Naga, el rey de las serpientes y... de nueve cabezas: el summum, la máxima protección para un magnífico viaducto.
Hace
cincuenta años equipos franceses restauraron el puente de Preah Tis; según los
expertos fue una buena labor que dejó la estructura tal como debió haber sido
siglos atrás. He leído que en la etapa de los Jemeres Rojos
se quiso volar el puente, pero, afortunadamente, la misión fracasó por algún
problema técnico. ¡Por una vez hemos tenido suerte! En 2006, con el fin de proteger Spean Praptos, el gobierno
camboyano desvió la carretera N6 creando un bypass de unos 1300
metros, evitando así el tráfico de la autovía sobre el puente. Actualmente solo
es transitado por paseantes o por las bicicletas o las, siempre presentes,
motos de los lugareños.
Anteriormente, en 2004, el Banco Nacional de Camboya emitió un billete de 5000 riels con la imagen del puente de Spean Praptos (o Preah Tis), todo un reconocimiento.
Aquí dejo un vídeo que, con cariño, muestra
nuestro puente:
Bien, hasta aquí esta obra civil que nos ha hecho retornar a este blog. Un saludo y un deseo, lo mejor para ti que nos lees.
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(1) Jayavarman
VII (1125-1218) fue rey del Imperio Jemer
desde 1181 hasta 1218. Hijo del rey Dharanindravarman II y la reina Sri
Jayarajacudamani. Tuvo
un comportamiento ejemplar y ganó toda la fama antes de subir al trono: lideró
el ejército jemer contra los champas, rechazando su invasión; también,
posteriormente, tranquilizó la situación interior del reino jemer.
(2) Jayavarman VII se casó con la princesa
Jayarajadevi primero y luego, a la muerte de esta, se casó con su cuñada Indradevi,
hermana mayor de aquella. Se conoce que las dos mujeres fueron una gran
inspiración para él, particularmente en su devoción por el Budismo. Como
budista Mahayana, su objetivo
declarado era aliviar el sufrimiento de su pueblo. De ahí su interés por las
obras públicas y, especialmente, sociales.
(3) Nāga es el nombre, en sánscrito y pali, para la deidad o tipo de entidad o ser que toma la forma de una gran serpiente, concretamente una cobra real, encontrada en las religiones indias, principalmente el hinduismo, budismo y jainismo.
En una leyenda camboyana, los
nagas eran una raza reptiliana de seres bajo el dominio del rey Kaliya, quien
poseía un gran imperio o reino en la zona del océano Pacífico hasta que fueron
expulsados por Garuda y buscaron refugio en la India.
Fue allí donde la hija de Kaliya se casó con un brahmin indio llamado
Kaundinya, y de su unión surgió el pueblo camboyano. Por lo tanto, los
camboyanos poseen el dicho "Nacido de un naga". Como dote, Kaliya
bebió el agua que cubría el país y expuso la tierra para su hija y yerno para
habitarla, creando Camboya.
Los
nagas camboyanos poseen simbolismo numerológico en el número de cabezas. Los de
cabezas impares simbolizan la energía masculina, infinidad, eternidad e
inmortalidad. Los de cabezas pares eran hembras, representando la fisicidad,
mortalidad, temporalidad y la Tierra.
El
naga budista generalmente tiene forma de una gran cobra, normalmente con una
sola cabeza y otras con muchas. Al menos algunos de los nagas son capaces de
usar poderes mágicos y adquirir apariencia humana. En la pintura budista, el
naga es representado a veces como un ser humano con una serpiente o dragón
extendiéndose sobre su cabeza.
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Las imágenes, por orden, proceden de:
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http://www.e-filateliacarrasquilla.net
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https://www.youtube.com/watch?v=xAXTyBg1ogI
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http://cambodiasnapshots.com/siem-reap/jayavarman-vii/
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