SÁBADO 11
No habíamos llegado a acostarnos la noche
anterior. Cerramos y, con mucha ilusión, salimos de casa tirando de las maletas
(como siempre, ¿qué habremos olvidado?; lo más importante no, espero). No funcionaban ni
la escalera mecánica ni el ascensor urbanos. Estación de autobuses, 01:30,
salimos rumbo a Madrid-Barajas. C y yo llevábamos asientos separados,
solicitamos un cambio, pero mi “vecina” no accedió (¿?). Intentamos dormir lo
más posible. Llegamos a la T4, lanzadera hasta la T1, desayuno (vaso de
plástico por ser demasiado temprano), pasamos el control de seguridad, (ya sé,
olvidé el lápiz de memoria), compro un lápiz de memoria (¡jóder, qué palo! Es
que es de la marca X, caballero).
Esperamos que asignen puerta a nuestro vuelo,
C45, nos dirigimos hacia ella, nos sentamos y, al poco, una cosa simpática: la
gente empieza a colocar su maleta de cabina formando una cola, nos miramos
(¡feliz viaje!) y coloco la nuestra, después me dedico a observar la reacción
de los que van llegando.
Fontanarossa nos recibió con mucho calor.
Anduvimos buscando la parada del autobús (Información estaba con la siesta). ¡Al
fin!, también la biglietteria, ¡dos
para Palermo!, estábamos en marcha y según el horario, para no llegar de noche.
Abandonamos la costa con dirección al interior de la isla, cruzarla para llegar
a la capital, vía Enna. Los cultivos se fueron sucediendo, naranjo, vid, trigo
(ya segado), olivo,… Me alegró la visión de cantidad de chumberas que poblaban
los taludes de la autopista y los linderos de muchos campos (recuerdos de la
niñez). Lo que nos acompañó durante todo el viaje fue el tac-tac de las juntas
de dilatación de los puentes y… mira que hay puentes y viaductos en la autovía,
exagerado.
Llegamos
a Palermo, según lo previsto, tomamos el bus 122 y llegamos al hostal (*),
según lo previsto y… tuvimos que esperar a que llegara Vincenzo (¿según lo
previsto?). Con el plano y tres indicaciones nos lanzamos a la calle. Muy
cerca encontramos unas mesas altas en la acera, eran de una vinatería (**),
¿tomamos un vino?, nos sentamos y pedimos un blanco y un tinto, ¿qué nos
ofrece?, al final tomamos un Etna bianco Firriato
y un Sirah “La Clarissa” Rallo (muy
ricos). Llegamos
a la Piazza Verdi (un ambientazo y el Teatro Massimo iluminado, impresionante),
enfilamos la Via Maqueda, peatonalizada, en plena passegiatta. Aquella zona con tiendas no tenía nada que ver con los
callejones adyacentes; cuando nos metimos por el vicolo Caldomai (donde íbamos
a cenar y no quedamos (***)), a C se le cayeron los palos del sombrajo. Ahí
empezamos a patear el viejo Palermo que luego tanto nos gustó. Nos adentramos
en un pasaje donde vimos gente, dentro, en una nave diáfana, había un aparato
de música y un montón de parejas bailando… tangos (sencillamente genial). Más
adelante localizamos BRIOSCIÀ (****), ¡qué helados!
Esto continúa.
Un saludo cordial para todos.
____________________________
(*)B&B La Dimora del Capo # Via Goethe, 3 # 90139 Palermo
(**)EnotecaBUTTICÈ # Piazza S. Francesco di Padova, 12 # Palermo
(***)No nos quedamos porque la mesa que nos habían reservado no nos gustó y no accedieron a cambiarla, a pesar de que era temprano y no había llegado ni un solo cliente. Cenamos en "Lo Sparviero", en el 25 de via Sperlinga (bien)
(****)Via Mariano Stabile, 198 # Palermo
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