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martes, 4 de febrero de 2014

TERTULIA II: DE LOS JUBILADOS Y LA CULTURA DE LOS LIBROS –CONTUBERNIO, DEMOCRACIA Y POESÍA−





Comentaba no hace mucho las circunstancias por las que se genera diariamente esa simpática tertulia a la puerta de la biblioteca y por las que soy testigo −con esporádicas intervenciones−. Bien, aunque había parado de llover, el otro día −aún era de noche−, estaba frío, pero no era impedimento para que, uno a uno, los jubilados fueran llegando al punto de encuentro. El segundo saludaba al primero con un “buenos días” seguido de un “joder, qué frío está ”.





En un momento determinado, el “abuelo” mencionó que el edificio de la biblioteca había tenido un uso muy diferente en siglos anteriores, había sido La Casa de Comedias(*), un teatro. Alguien preguntó que dónde hacían pues teatro ahora. Un par de voces respondieron que en el Campoamor, pero otra más aplaudida respondió que “en los Parlamentos”.

El “profesor” animó a hablar al “abuelo” elogiando su amor por la lectura y éste confesó que era su pasión: leía mucho y variado. Últimamente estaba leyendo un libro sobre el “Contubernio de Munich”(**) y, haciendo gala de su memoria −cosa natural en él−, nos recitó los nombres de una serie de españoles asistentes al histórico congreso de 1962 (imagino que correspondería a una relación referida a algo concreto, dado que el total sobrepasaba el centenar de personas).

 Toda una serie de recuerdos me llegaron de golpe. Relacionados, por una parte, con el que fue famoso contubernio y, por otra, con el nombre de uno de los mencionados partícipes en él: Dionisio Ridruejo (no pude evitar exclamar “falangista, poeta, antifranquista y soriano de pro”).


Quizás fue en 1963 la primera vez que oí mencionar el “Contubernio de Munich”; lo cierto es que fue de labios de un compañero del colegio, Miguel Ángel, tal vez el único que tenía ciertos conocimientos –aunque sesgados− de política (en su casa eran, al parecer, requetés); el resto eramos ignorantes obligados por la familia, la sociedad y las circunstancias. Citó a Gil Robles como uno de los antifranquistas. Más adelante tuve oportunidad de escuchar el término “contubernio judeo-masónico”, pero eso es harina de otro costal.



Dionisio Ridruejo(***) siempre me llamó la atención porque fue un político muy joseantoniano lo que le hizo enfrentarse a Franco por su falangismo heterodoxo: mucho Movimiento y poco nacional-socialismo. Por otra parte, hay que considerar sus escritos, poesía sobre todo (generación del 36). Y soriano: natural de El Burgo de Osma; paisano, por tanto, de personajes tan opuestos como el sindicalista Marcelino Camacho y el chorizo Jesús Gil y Gil (también de mi compañero de CM José Luís, “el Feo”).






Ya cabalgamos por el mes más corto;
para todos, ¡feliz febrero!.



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(*)La Casa de Comedias, verdadero teatro municipal, se construyó según proyecto del arquitecto Ignacio de Cajigal y se inauguró en 1670 con palcos para las autoridades y el cabildo. En 1799 fue convertido en teatro de forma semicircular, y una segunda reforma, en 1849, lo transformó en un coliseo, amplio y moderno entonces, con capacidad para 600 personas. Éste es el teatro del que nos habla Leopoldo Alas en La Regenta y en Su único hijo. Se derribó a principios del S.XX, conservándose únicamente la fachada, adornada con un escudo Real en el centro y otro, con la Cruz de los Ángeles, a la izquierda.



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(**)Contubernio, en su tercera acepción, según el diccionario, es Alianza o liga vituperable.
El Contubernio de Múnich fue un término peyorativo, acuñado por el diario Arriba, con el que el régimen franquista quiso ridiculizar el “IV Congreso del Movimiento Europeo”, celebrado en la ciudad alemana en junio de 1962.
Al parecer fueron 112 (y no 118, como se recoge en muchas fuentes) políticos españoles, de todas las tendencias opositoras al régimen franquista, tanto del interior como del exilio −excepto del PCE−, reunidos bajo la autoridad moral de Salvador de Madariaga que, al concluir la reunión, afirmó: Hoy ha terminado la Guerra Civil. Los que regresaron a España fueron castigados por Franco.
Más Información sobre el tema: EL PAÍS, LAVANGUARDIA, FILOSOFÍA
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(***)Dionisio Ridruejo Jiménez (1912–1975) fue un escritor y político español perteneciente a la Generación del 36 o Primera generación poética de posguerra. Participó como falangista en el bando de Franco, pero ya desde 1941 su distancia con el nuevo régimen se iniciaba, consumándose al año siguiente con la dimisión de sus cargos. Desde entonces, se enfrentó al franquismo, sufrió cinco años de destierro y unos meses de cárcel; en fin, manteniendo cierta libertad de acción, luchó hasta el final de su vida por las libertades, uniéndose con la oposición democrática.



DE EN MARCHA

Anteayer dormí en el prado
sobre el olor de la hierba,
ayer entre los pinares,
hoy en la tranquila selva,
mañana, raso con raso,
solo entre el cielo y la tierra.
El alba de cada sol
nuevo campo me revela,
y el sueño de cada noche
las mismas hondas estrellas.
En el día se recorre
lo que en la noche se sueña:
siempre la misma esperanza
bajo distinta promesa,
y en la noche se vigila
todo lo que el paso deja,
compañía militar
en camino de la ausencia.
¿Cuánto será lo que avanza
y cuánto lo que regresa?
Corazón aventurado:
¿qué miras en lo que sueñas?
La sangre, toda la sangre.
La tierra, toda tu tierra.





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Las fotografías, por orden, proceden de:


  •  
commons.wikimedia.org/wiki/File%3ABiblioteca_de_Asturias_-_2.jpg
  •         
propia
Idem.

www.lavanguardia.com/hemeroteca/20121012/54352402154/dionisio-ridruejo-falange-centenario.htm
  •    



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