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domingo, 23 de octubre de 2011

¿ES ÉSTE UN PAÍS DE VIEJOS?


La marcha, antes de lo deseado, de la orilla del Mediterráneo hacia el Cantábrico obedecía a mi incorporación a la Universidad. “¿Qué tal la Universidad?”, me preguntaba el otro día mi amigo Pascual; bien, eso será materia de otra hoja de este bloc, espero.

Hoy quiero señalar un tema que, aparte de muy serio, se presenta problemático y de difícil solución. Ha surgido en una clase recibida en la Universidad, concretamente de la asignatura “Una introducción a la sociedad actual”.

El tema es la distribución de la población española actual y su previsión para un futuro no lejano; la perspectiva es, cuando menos, sombría, negra, diría yo. A la salida de clase, en un parquecillo vecino al campus y rodeados de madres, abuelas y algún padre, encontré un montón de chavalines jugando: corrían, montaban en bici, se columpiaban, bajaban por el tobogán…, ¡vaya contraste con el contenido del gráfico que acababan de proyectarnos en clase!

Esta pirámide de población, sacada de la nota de prensa que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este mismo mes, nos muestra una España de ciudadanía envejecida en el año 2011 con previsión de muy vieja en el año 2021. 

Un ligero análisis del gráfico nos permite traducir con cifras:

Segmento de población (años de edad)
Año 2011 (hab)
Año 2021 (hab)
Variación (%)
00 – 04
2.480.340
2.074.981
-16,48
05 - 19
6.689.224
7.119.425
+6,43
20 - 44
17.434.474
13.714.499
-21,34
45 - 64
11.667.090
13.399.689
+14,85
65 – 84
6.820.742
7.717.477
+13,15
85 - …
1.057.056
1.559.503
+47,53
Estamos hablando de datos científicos, no son cifras fruto de una visión en la bola de cristal o de una mala lectura del tarot. El estudio del INE es muy serio y los parámetros usados están contrastados en etapas históricas.

El “crecimiento vegetativo” viene dado por la diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones de una población. La tasa de crecimiento vegetativo se considera baja si es inferior al 1%, cifra que se prevé para España en el año 2015, alcanzando posiciones negativas antes del 2020.

 


El envejecimiento de nuestra sociedad es fruto de la conjunción de dos factores: el descenso de la natalidad y el aumento de la longevidad de las personas con un descenso de la mortalidad. El primero responde a causas sociales y el segundo a los adelantos de la Medicina en particular y de la Sanidad en general.



El término “dependencia”, acuñado en la ley del mismo nombre (ley de largo título) y tan machacado en los medios, viene a identificar la característica de las personas que, siendo incapaces de realizar las actividades de la vida diaria, necesitan ayuda para ello.




 
Bien, en Sociología, la Tasa de Dependencia viene definida (en %) por el cociente entre la suma de población menor de 16 años más población mayor de 64 años, partido de población entre 16 y 64años,



que viene a ser la relación entre la población en edad de no trabajar y la población en edad de trabajar.
 

En España esta tasa (*) es:
Año 2011
Año 2021
Variación
Incr s/2011
49,43%
57,30%
+7,87%
+15,92%

La solución para remediar esta situación y la perspectiva de futuro pienso que podría ser una combinación de estas tres opciones:
a)     Aumentar el número de nacimientos
b)     Disminuir el número de ancianos
c)     Aumentar el número de inmigrantes (situados en segmento de edad joven)


La primera exige una política adecuada de incentivación (**); cosa nada fácil en los momentos actuales. A la segunda no le veo salida (no al menos, la que da título a una novela, póstuma creo, del chileno Carlos Droguett). La tercera opción que ha empezado a funcionar durante los últimos años está en franca suspensión, más aún, con indicios de retroceso, debido a la situación del mercado laboral.

Total, yo veo la cosa bastante negra. Además, hay voces que abogan en contra de un incremento de población por causa de una escasez de trabajo y alimentos para todos. (Antaño el exceso de población se corregía con guerras y/o epidemias). Pienso que la ciudadanía necesitamos un curso de formación (***) para enterarnos bien de la situación y, sobre todo, de concienciarnos de la necesidad de hacer todos algo positivo; un curso serio y honrado, exento de propaganda partidista (¿sueños?).

Acuden ideas a la cabeza, quizás sin decantar lo suficiente, algunas están ahí, al cabo de la calle, incluso en boca de algún político o en el texto de alguna ley, pero ya que acuden a la cabeza…
·      Si se alarga la vida de la persona, cabe pensar que, en caso necesario, debería alargarse la etapa de actividad laboral (dicho de forma general y sin pormenorizar).
·      La disminución de capital público, de una forma u otra, afectará al nivel del estado de bienestar: es lógico que se reduzca el abanico de servicios gratuitos para el ciudadano.
·      En ese supuesto, habría que analizar y ponderar estos servicios con el fin de penalizar exclusivamente los menos necesarios y/o importantes para el ciudadano y en el porcentaje que fuera inevitable.
·      La recapitalización del estado podría apoyarse en un estudiado incremento de impuestos, tanto directos (progresivos, afectando más a las rentas altas, sucesiones, patrimonio,…), como indirectos (artículos de lujo,…).
·      En cualquier caso, las cargas deben repartirse entre todos y siempre en relación a las capacidades; la contribución puede ser en efectivo o en especie, todos pueden y deben participar en mayor o menor medida.
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(*) Al margen de lo escalofriante de estas cifras, habría que considerar un factor corrector: el paro; y ¡qué factor corrector! Al finalizar el primer semestre del presente año se consideraba un paro de 4,83 M de personas Es una cifra que se resta al denominador para sumarse al numerador y obtener una tasa corregida de dependencia, una tasa que supera al ¡75%!




(**) Hace años me contaron una anécdota ocurrida en un país europeo recién acabada una guerra: Por una parte se presentaba el problema de la merma del número de hombres en edad de actividad laboral porque habían muerto o habían quedado inútiles y por otra la amenaza de un bajón en la natalidad (las mujeres exclamaban: “No queremos parir hijos para que mueran en una guerra”); las autoridades, ante un posible envejecimiento de la población, dispusieron de una serie de medidas y una de ellas, según mi fuente informativa, fue promocionar la pornografía. (Hoy en día no creo que fuera muy efectiva).




 
 (***) Creo que la formación debería incluir economía doméstica. Otro día hablaremos sobre la Microeconomía, una versión “sui generis” de microeconomía.
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A todos, ¡feliz jornada!

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