Queridos lectores,
Todos tenemos una idea, más o menos aproximada de lo que es; el diccionario de la RAE dice que se trata de:
una planta trepadora,
siempre verde…,
con tronco y ramos sarmentosos,
de que brotan raíces adventicias que se agarran fuertemente a los cuerpos inmediatos,
hojas coriáceas, verdinegras, lustrosas, persistentes, pecioladas,…
flores de color amarillo verdoso…, y
fruto en bayas negruzcas del tamaño de un guisante.
Y agrega:
Aunque la hiedra no es una parásita verdadera, daña y aun ahoga con su espeso follaje a los árboles por los que trepa.
“El Dioscórides renovado” de Pío Font Quer, aparte de enumerar sus peligros y virtudes curativas, menciona que:
La hiedra puede vivir muchos años; según algunos, hasta un millar. Por tanto, no es ninguna maravilla que los antiguos vieran en ella el símbolo de la inmortalidad.
Harto conocidos son sus habituales usos: cubrir muros, vallas y también árboles, revestir la fachada de una casa, como planta colgante e incluso como rastrera para tapizar el terreno. Puede alcanzar fácilmente 14 m., incluso llegar hasta los 20 metros de altura y desarrollar troncos muy gruesos.
En este sentido se presenta uno de los problemas de la hiedra: al trepar por la fachada de una casa llega al tejado y puede “colarse” por debajo de éste si existe algún hueco (debajo de un alero, por ejemplo), creando problemas, especialmente en el caso de tejados ligeros, como son los de losas de pizarra, presentes en muchas casas de pueblo. Esto obliga a podar la hiedra (¿correcto, Antón?) para que no alcance su peligroso “objetivo”.
Un caso de hiedra creando problemas pude observarlo en un muro del depósito de agua sito en la “Pista Finlandesa”, en la ladera del Naranco: la hiedra se “coló” por debajo de la imposta (Borja dixit -zócalo/imposta, apunté, más ignorante, yo-) y, con el tiempo, la vi engordar hasta que arruinó tan “bello” detalle o elemento decorativo (franja azul en las fotos).
Lo que no he encontrado ningún texto que informe de lo difícil que es descastar una plantación de hiedra (ya me lo advirtió Eloy, allá en Barrio); si sólo se corta el tronco se consigue poco, el resto de la planta apenas se entera porque sigue alimentándose por las raicillas firmemente agarradas al muro.
A todos, ¡feliz jornada!